Hay un dicho por ahí que hace mención a lo poco que se valora lo que se tiene hasta que dejas de tenerlo. Y es cierto, solo tienes que perder algo para saber el valor que tiene.
Cando pierdes en algún momento de tu vida la salud y tienes que ser ingresado en algún centro hospitalario y te ves privado de libertad y con el agravante además de encontrarte físicamente con dolor, valoras la salud como el mayor tesoro que puedes tener.
Partiendo de la base que “cada ser humano es único”, pienso y siento que mi gran deseo para esta vida que me ha tocado vivir es tener una salud robusta y perdurable, y que el dolor físico, qué es lo que más pánico, me produce, se aleje de mi vida para siempre.
En algún lugar he leído, que “los sueños son la sombra de la realidad”
Y yo sueño con tener una vida sin dolor y con la palabra “enfermedad” inexistente.
Cando pierdes en algún momento de tu vida la salud y tienes que ser ingresado en algún centro hospitalario y te ves privado de libertad y con el agravante además de encontrarte físicamente con dolor, valoras la salud como el mayor tesoro que puedes tener.
Partiendo de la base que “cada ser humano es único”, pienso y siento que mi gran deseo para esta vida que me ha tocado vivir es tener una salud robusta y perdurable, y que el dolor físico, qué es lo que más pánico, me produce, se aleje de mi vida para siempre.
En algún lugar he leído, que “los sueños son la sombra de la realidad”
Y yo sueño con tener una vida sin dolor y con la palabra “enfermedad” inexistente.