Después de un tiempo sin escribir nada, siento la necesidad de contar lo que actualmente pasa por mi vida.
Y es que sigo viva, más viva que nunca.
Después de un año de baja, he vuelto a tomar contacto con mi trabajo y con mis compañeros. Me levanto cada mañana con la sesanción de que se me ha regalado otro día más y eso me llena de felicidad. Voy caminando, cada mañana, hasta el hospital donde trabajo con una inefable alegría.
Esta mañana, cuándo iba por el pasillo me he encontrado con una conocida que en principio no reconocí.
Había pasado por lo mismo que yo, un cáncer de mama. Estaba deformada por culpa de la quimioterapia. Su pelo ya le había empezado a salir. Y en su rostro me pude ver yo reflejada.
Estuvimos hablando de todo el proceso que tanto ella como yo, habiamos pasado.
Sentía que cada vez que yo hablaba, ella me entendía perfectamente e igualmente pasaba cuando ella hablaba, yo sabía de lo que estaba hablando.
Qué curioso! Hablabamos el mismo idioma.
Si una tercera persona nos hubiera estado observando se hubiera dado cuenta de lo dichosas que eramos.
Al fin y al cabo hemos superado un gran obstáculo que se nos ha puesto en nuestro recorrido por la vida.
Una última reflexión que hago. Realmente todo lo malo que te pueda pasar en esta vida se puede superar si eres capaz de ver má allá del mal. Porque al otro lado del mal está siempre una maravillosa enseñanza. Cógela, atrápala y no la dejes escapar.