Cuánto tiempo hacía que no entraba en mi blog... y hoy, no se se porque he sentido el impulso de entrar y escribir. No estoy viviendo uno de mis mejores momentos pues he sufrido la pérdida de mi padre, el cual llevaba ya tiempo esperando que tarde o temprano pasase, pues sufría una enfermedad terminal. Esa enfermedad la he sufrido yo a su lado y su dolor era mi dolor y su agonía era mi agonía. He visto como se deterioraba poco a poco y yo intentaba ayudarle en lo que podía, paseándolo en su silla de rueda y acariciando sus huesudas manos.Sabía que todo lo que hiciera por él no le salvaría, pero la satisfacción que me daba el hacerlo...
Cada tarde iba y cuándo me veía aparecer alzaba los brazos y con su débil voz decía: "ya está aquí mi niña", y a mi se rayaban los ojos.
La noche que partió al más allá sentí que un trocito de mi también se fue con él..
Ahora me queda batallar con mi madre, que la vida ha querido que le diera un infarto cerebral y así no percibe la muerte de su marido. Pero que dolor más grande hay en mi corazón.Mi madre, que era mi amiga, mi compañera, mi confidente, ya no se puedo conversar con ella, se ha convertido en una niña.
El tiempo lo erosiona todo y tu volverás a sonreir...BESOS
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